La nostalgia futbolística nos
conduce en esta ocasión a revivir los años dorados de un proyecto que fue
ilusionante, un proyecto que entre otros, estuvo liderado por un brasileño que
revolucionó el ataque del Deportivo de la Coruña, el delantero José Roberto
Gama de Oliveira, conocido popularmente como Bebeto. Antes de alcanzar su plenitud
como futbolista, militó en el Vitoria de Bahía, Flamengo y Vasco de Gama, pero
su estancia en este último tan solo sería de dos años.
Gracias a jugadores como él, Donato, Mauro Silva o Fran, el equipo gallego se ganó el
sobrenombre de “SuperDepor”, por practicar un futbol vistoso y efectivo. Uno de sus
mejores años llegaría en la temporada 92 – 93, donde consiguió hacerse con el
pichichi con la nada despreciable cifra de 29 goles, dejando atrás a jugadores
como Ivan Zamorano, Penev o Stoichkov.
Se trataba de un jugador
versátil, con toda la magia característica de los brasileños pero además con grandes
dosis de esfuerzo y sacrificio. Su engañosa fragilidad física no era más que
una distracción de la que se valía para exponer su juego hábil y veloz. Su
maestría con el regate le facilitaba incursiones letales en el área rival, y
una vez se posicionaba frente al portero fallaba muy pocas veces. Por si fuera poco también era
un excepcional tirador de faltas, siendo siempre las escuadras sus principales
objetivos.
En la temporada que estamos recordando,
el Deportivo de la Coruña quedó subcampeón por detrás del Real Madrid. Una diferencia de 4 puntos
fue renta suficiente para privar al Depor de un privilegio al que rara vez suelen
acceder equipos que no sean Barça o Madrid. Por aquella época era uno de los pocos que supo hacerles frente.
Tanto trabajo y buenos números le
sirvieron para convertirse en un auténtico ídolo para la afición deportivista. Pese
a que fue un jugador clave en el proyecto, hay algunos que no le perdonaron su
miedo al no tirar un penalti trascendental que podía haberle dado una liga a su
equipo. En la 93 – 94, el Deportivo de La Coruña se jugaba la liga ante el Valencia,
en el último partido del campeonato. En un lance del juego, el árbitro señalo
penalti a favor del Deportivo, pero Bebeto, que había fallado un penalti la
anterior jornada, decidió pasarle el marrón al bueno de Djukic, que acabó
errando el tiro y privando a la postre a su equipo de ganar el título en
detrimento del Barcelona. Sin embargo, el brasileño no se fue de vacío, y consiguió una Copa del Rey y una Supercopa de España.
Con la seleccion carioca, su mayor éxito llegó
en el mundial de 1994, donde consiguió el título acompañado de auténticos
cracks como Romario o Dunga. Pero tras su marcha del Depor, su carrera fue cuesta
abajo. Tras un breve paso por el Sevilla, se convirtió en un auténtico
trotamundos del futbol, llegando a jugar en Mexico, Japón y finalmente en
Arabia Saudi, donde colgó las botas jugando en el Al-Ittihad.
En la actualidad representa a jugadores brasileños y tambien se encarga de la financiacion de escuelas de futbol, por lo que su implicacion con el deporte rey sigue estando aun latente.
Riddler
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