Escribo estas líneas para romper una lanza a favor de Angel
Di María respecto a su permanencia en el Real Madrid. Un jugador que se ha
ganado a pulso permanecer en la disciplina del club blanco a la vez que se ha
vuelto indiscutible, en mi opinión, en el ataque madridista.
La temporada pasada se convirtió en el hombre clave en los
momentos determinantes del año, es decir, en las finales de la Copa del Rey y
de la Champions League. Prácticamente fue el único jugador que creaba peligro
en ataque y es, por ello, que fue el jugador franquicia cuando Cristiano estaba
lesionado y otros estaban a otros menesteres.
Un jugador que tiene verticalidad, desborde, velocidad,
regate; de los mejores extremos del mundo y uno de los pocos que conozco se
atreve a encarar al rival venciéndolo por calidad, y no por velocidad. Cuando
Simeone lo nombra el mejor jugador del club blanco, no le falta razón. En
palabras de este "Jugamos más como quisimos nosotros que como quisieron ellos. Luego entró Di María, que es el mejor jugador que tienen, y eso cambióel partido. Pero supimos sufrir hasta el final".
Sin embargo el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, lo
afronta de otra forma, no considerándolo el mejor de su equipo -"Pero
diciendo esto que ha dicho, Simeone ha olvidado al último Balón de Oro y ha
olvidado a Bale”- además de enturbiar la imagen del jugador de cara a la
afición madridista -"Di María pidió irse en verano y rechazó la renovación. Busca una solución para él. Si cuando termine el mercado sigue aquí, trabajará con nosotros como el año pasado. No hay problema"-.
Cuando todos pensábamos que Di María se convertiría en un
jugador incuestionable del Real Madrid esta temporada, tras su gran final de
campaña anterior que hizo olvidar sus gestos obscenos hacia la grada blanca,
ahora han fichado a James Rodríguez para darle un tortazo y reducir su papel a la mínima expresión.
Directivos madridistas, sean inteligentes y valoren la
calidad como merece, pues vender camisetas no es lo único en el mundo del
fútbol.
MisterT
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