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miércoles, 24 de septiembre de 2014

EMB Recuerdos de la Liga. “Cracks de la temporada 94 - 95”

Míchel González. Carácter y elegancia.


Nuestro protagonista de esta semana vestía de blanco y ocupaba la zona media del terreno de juego. Allí se valía de una técnica al alcance de muy pocos para abastecer de balones medidos a sus compañeros. Era tal su importancia en el juego de su equipo que llegó a formar parte de un quinteto letal, diseñado para la victoria y la consecución de títulos, "La Quinta del Buitre". Su nombre es Michel González y en sus largos años en el Real Madrid marcó una era plagada de títulos y alegrías para el madridismo. A su trayectoria como profesional para el club blanco hay que añadir sus brillantes 66 internacionalidades con la seleccion nacional, llegando a disputar dos mundiales y una eurocopa. Pronto se convirtió en un jugador imprescindible, no solo por un gran olfato goleador sino por su gran generosidad en cuanto a asistencias.


Su debut fue fruto del destino, pues una huelga de jugadores profesionales, obligó a los clubs de primera división a utilizar a los jugadores procedentes del filial. En ese partido fue clave en la victoria blanca ante el Castellón, ya que anotó el tanto decisivo que le brindó el estreno soñado. Sin embargo, esta toma de contacto con el primer equipo no le sirvió para ser considerado como pieza clave del conjunto blanco. En los años siguientes seguiría jugando en el filial, pero su momento llegaría en el año 1984, donde comenzó a entrar lenta pero progresivamente en los planes del primer equipo. Su buen hacer hizo que no abandonará el equipo hasta 1996, lo que deja bien a las claras, el peso que tenia este jugador en el club blanco. 

Su carrera en el Real Madrid nos permitió ver a un jugador con carácter, que no dudaba en entrar en la polémica para defender sus criterios. Muchas veces, su carácter empecinado y obstinado le valió las iras de un nutrido sector de aficionados blancos, así como diferentes polémicas con entrenadores y presidentes. Esto era lógico y perfectamente comprensible, pues los grandes jugadores terminan agrandando tanto su sombra que es inevitable que su repercusión no alcance esferas más altas que el verde del campo.

Pero no todo fueron líos, sino entrega y competitividad. Su incipiente calidad le hizo quedar cuarto clasificado en la votación por el balón de oro de 1987, trofeo que terminaría ganando Rudd Gullit. Más adelante protagonizaría uno de los mejores duelos futbolísticos de la historia del futbol. Su rivalidad con el defensor italiano Paolo Maldini, nos brindo momentos únicos que jamás serán olvidados. Incluso Michel acabaría diciendo que fue el mejor defensa contra el que se había enfrentado. Cuando su tiempo en la Casa Blanca terminó, emigro al fútbol mejicano para poner fin a su carrera. El Atlético Celaya fue un destino que le sirvió para reunirse con viejos conocidos de sus mejores años, Butrageño y Hugo Sanchez. Tras una temporada irregular acabaría colgando las botas como profesional, pero con la vista ya fija en el título del entrenador.

Sus colaboraciones televisivas en la televisión pública fueron un intermedio antes de comenzar a entrenar. Su primera piedra de toque fue el Rayo Vallecano, equipo con el que no consiguió el ascenso de 2ªB  a la división de plata. Tras ello, Ramón Calderón, presidente por ese entonces del club blanco, solicitó sus servicios para el filial. Su cargo fue bastante convulso y complicado, sin comentar que el Castilla acabaría descendiendo a la división de bronce. Las desavenencias con el Presidente y los resultados negativos acabarían precipitando su salida del area técnica.No obstante, su suerte como entrenador dio un cambio significativo cuando fichó por el Getafe. En su primer año fue capaz de salvar al equipo que habia cogido en una situacion bastante preocupante. Esto le valió la renovación, para al año siguiente, clasificar al equipo azulón para la Europa Legue y conseguir el mejor puesto de la historia en liga (sexto). Tras su paso por el "Coliseo", emprendería una nueva aventura en el Sevilla, pero nada parecia salirle bien. En su primer año no conseguiría clasificar al equipo hispalense para Europa, pero es que en su segundo año firmó un arranque liguero para el olvido, 6 victorias en 19 jornadas. Desde 2013 entrena al Olympiakos griego, equipo que parece haberle aportado estabilidad para exponer su criterio. Por el momento no esta dejando mala imágen, habiendo ganado 2 ligas y una copa, asi como cuajando buenas actuaciones en la Champions League.


Riddler

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