El fútbol a veces te quita, pero normalmente te suele dar la posibilidad de redimirte de tus errores del pasado. Eso mismo debieron pensar ayer Robben y sus compañeros de selección. En la mente de todos el gol de Iniesta que dio el primer Mundial de la historia a la selección española y los dos "mano a mano" fallados por Arjen previos al tanto del manchego.
La final del Mundial de Sudáfrica 2010 y el partido de ayer en la inauguración del Grupo B del Mundial de Brasil 2014 en poco se parecieron. Ayer Holanda salió con un planteamiento defensivo, aunque sin renunciar al juego en ataque; la búsqueda de una contra fue su mayor preocupación durante el primer período. De hecho, suya fue la primera ocasión del partido, en la que Sneijder falló ante Casillas en lo que parecía sería el primer gol. Pero ahí se acabaron las ocasiones de la Oranje hasta el final de la primera mitad. Entretanto dominio español materializado con dos o tres ocasiones (dos de Diego Costa y una clarísima de Silva) y con un penalti señalado sobre el delantero brasileño en un nuevo error arbitral en este torneo (hasta el partido de España tres contiendas y tres "jaleos"). Como decíamos, al final del primer tiempo Holanda reapareció en el campo y en un magnífico pase al hueco Van Persie consiguió el empate con un certero testarazo tras el fallo defensivo de Sergio Ramos, Piqué y Casillas. Lo que parecía una jugada aislada fue el preludio de lo que ocurriría en la segunda mitad.
Tradicionalmente se ha comentado que los goles al filo del descanso son psicológicos, aspecto plausible visto lo acaecido en la segunda mitad del partido de ayer. Holanda salió al ataque y la defensa española favoreció que su nuevo planteamiento fuera extraordinariamente correcto. Con la defensa de España literalmente hundida, Van Persie y Robben fueron amos y señores del campo rival, creando peligro cada vez que llegaban y terminando el partido con cinco goles a su favor. Robben marcó el 1-2, De Vrij el 1-3 (en una jugada que pudo ser falta al arquero español), Van Persie repitió con el 1-4 y Robben cerró el marcador con el 1-5, aunque pudieron ser más.
Errores en la alineación de Del Bosque, buen planteamiento de Van Gaal, una selección que empieza el Mundial por las nubes, otra que muestra unas dudas preocupantes... Algunos jugadores españoles quedaron ayer señalados, como puede ser el caso de Casillas, Piqué, Ramos, Silva o Diego Costa. El primero cometió ayer fallos propios de un portero inexperto, aunque es achacable a la falta de ritmo por no haber jugado regularmente durante la temporada (igual que le ocurrió en la final de la Champions League). El caso de Piqué no es nuevo, y tampoco marca el climax negativo de su carrera, sino que es la continuación de dos temporadas para el olvido, en la que poco se parece al central que fue. Sergio Ramos, ese hombre para el que piden el Balón de Oro, estuvo a un nivel muy bajo, sobre todo comparado con el resto de partidos de los últimos meses, ya sea por su pareja en la defensa o por contagio con el desastre español de anoche. Silva tiene calidad infinita, pero en la selección no termina de cuajar tanto como lo hacen otros miembros del combinado español. Por último, la vuelta al 9 puro salió mal a España en el día de ayer, y Costa tampoco estuvo acertado en el desarrollo de su labor.
Las probaturas están bien para los partidos previos al Mundial o para el tercer encuentro de la fase de grupos si ya estás clasificado. Pero sabiendo como jugarle a Holanda cambiar el planteamiento es un error. Los holandeses han dado un paso de gigante hacia la clasificación para los octavos de final, mientras que España se juega las pocas posibilidades que tienen en el próximo partido ante Chile, ya que el resultado tan abultado perjudica en exceso sus posibilidades en caso de empates a puntos.
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