El
26 de octubre será el día en que Luis Suárez podrá volver a pisar un estadio
tras la sanción impuesta por la Comisión Disciplinaria de la FIFA. 9 partidos
con su selección, Uruguay, más 4 meses sin poder realizar actividad alguna
relacionada con el fútbol, además de no poder entrar a ningún estadio, es lo
cara que le ha costado la mordida sobre Chiellini al uruguayo.
No
era la primera vez que al charrúa se le iban sus dientes contra un rival, con
esta sanción ya son 36 partidos los que se habrá perdido por sus “mordidas”,
pero, ¿es justo el trato que le ha dado la FIFA? ¿La FIFA lo ha utilizado con
el “Conejillo de indias” para lavar su imagen?
La
reincidencia con este tipo de actuaciones es normal que se pague, y la FIFA ha
utilizado el escaparate que representa un Mundial de fútbol para dar ejemplo, pero
¿Qué ejemplo? ¿De que a todos no se les juzga igual? ¿Por qué a unos sanciones
desproporcionadas y a otros tan si quiere se le entra actuar de oficio? El
propio Chiellini piensa que esta sanción es desproporcionada, excesiva, y en el
mundo del fútbol se han visto entradas criminales con lesiones brutales y a la
FIFA por aquí le entra y por aquí le sale, no han actuado.
A
pesar de la introvertida sanción, no es lógico que Luis Suárez, volviera actuar
de la misma manera, a reincidir por tercera vez mordiendo a un adversario como
ya hizo en el Ajax y en el Liverpool, y por ello debe recibir una sanción ejemplar, pero no excesiva como esta.
Justa
o injusta la sanción, Luis Suárez le ha venido de “perlas" a la FIFA para
intentar realizar un lavado de imagen más que necesario: escándalos de
corrupción de compra de votos para Qatar 2022, que lo querían meter con
calzador si o si, el Mundial que se está disputando actualmente, a sabiendas de
la situación del país, instalaciones sin terminar, etc., el “Blattergate” con
Cristiano Ronaldo, que tras hacer Blatter una imitación penosa de “Chiquito de
la Calzada”, decidió ampliando por
primera vez en la historia la ampliación del plazo de los votos para que el
Balón de Oro, merecido o no, fuera para el luso, y así un sinfín de historias
FIFA para no dormir.
