Mehmed Kodro, natural de
Mostar (Bosnia y Herzegovina), no tuvo precisamente unos orígenes sencillos en
los albores de su carrera profesional. El Velez Mostar le permitió debutar con
tan solo 18 años, y ya entonces destacó en la liga yugoslava. Sin
embargo, un acontecimiento bélico terminaría alejándolo de su país natal de
forma fulgurante. Su exilio futbolístico
fue España, un nuevo horizonte más tranquilo y próspero, donde dar rienda suelta a
su calidad y perfeccionar su juego rodeado de figuras de talla mundial.
En un primer momento, su aclimatación al torneo local, fue cuanto menos complicado, pero La Real Sociedad, su club de estreno en nuestra liga, resultaría siendo el destino ideal para la figura bosnia. En el club txuriurdin se descubrió a todos como un maestro goleador, un killer insaciable que acarició trofeos Pichichi debido a sus grandes cualidades ofensivas. La más destacada era el “kodrazo”, un potente disparo desde la frontal del área que desde que salía de sus botas, tenia certeza de gol. Solo un goleador de altura como Ivan Zamorano, consiguió privarle de las mieles del éxito en la 94-95; los 25 tantos de Kodro esa campaña, le valieron el segundo puesto tras el crack chileno. Por hechos como este, queda patente que la Real fue su club más exitoso. Esos equipos que el jugador recuerda con gran cariño por el amor y cariño mutuo recibido. Sin embargo, un grande llamó a su puerta, y en esta ocasión seria el F.C Barcelona.
Su llegada a la ciudad condal no
se hubiese producido de no haber sido por el deseo incondicional y caprichoso
de Johann
Cruyff, técnico culé por ese entonces. Pero las grandes expectativas de
su fichaje se vinieron al traste por el recrudecimiento de la guerra de
Yugoslavia. Su rendimiento goleador se vio seriamente mermado. Las frecuentes y
largas lesiones, así como su frágil estado anímico, lastraron en gran medida su
progresión en el club culé. Se podría decir que la guerra le afectó física y
psicológicamente. Estar alejado de su familia y amigos, y ver como el hogar donde había crecido, se convertía
en un erial producto de los bombardeos fue mucho para él. Ese año el Barça tuvo un año
bastante gris. No consiguieron hacerse con ningún título y por si fuera poco,
Johann Cruyff fue destituido, poniendo fin de ese modo a los últimos recuerdos
del “Dream
Team”. Con todo esto, el futuro de Kodro se volvió aun más negro. Sin
la confianza de su valedor, termino siendo vendido al C.D Tenerife por un
periodo de 3 años. Sus años de éxito en San Sebastian ya no volvieron. Nunca volvió
a ser el que era, y eso que su edad aun no era un obstáculo.
Sus dos últimos clubes significaron su preparación para la retirada. Un año en el Deportivo Alavés y otro en el Macabbi de Tel Aviv fueron sus dos últimas aventuras poco o nada fructiferas.Tras ello y como muchos futbolistas, emprendió una nueva aventura, pero esta vez como técnico profesional. No obstante no todos los jugadores estan predestinados a ser grandes entrenadores y ese fue el caso de Kodro. Lo probó con su seleccion nacional y como ayudante de Bakero en la Real, pero en ninguno cuajó una buena actuacion. Pero Kodro siguió luchando, y tras entrenar a los juveniles de la Real Sociedad, se ganó el premio de entrenar al filial del club txuriurdin militando en la 2ªB, equipo que entrenó entre 2010 - 2013.
Como internacional fue un referente. Como muchos de sus compañeros en circunstancias casi identicas, Kodro tuvo la peculiaridad de jugar con dos combinados nacionales. Por un lado defendiendo la camiseta de la antigua Yugoslavia y por otra la de su país, Bosnia y Herzegovina. Pese a que su seleccion contaba por ese entonces con jugadores interesantes, no conseguiría ningun hito importante en su carrera. Su futból se quedo en Donostia, asi como la gran mayoria de sus goles anotados.
En la actualidad, su legado continúa. Kenan Kodro, su hijo, se esta trabajando un futuro en las filas del Osasuna en la 2ª division, donde ya ha contado con actuaciones de mérito.
Riddler
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