Tres fueron las noticias que más me llamaron la atención o
me dieron que pensar de la actuación del Real Madrid en el mercado de fichajes
durante el pasado verano; en primer lugar el fichaje de Isco, en segundo la
marcha de Ozil y, por último, la llegada de Bale.
Comencemos por lo primero, pues en las últimas semanas es un
tema de debate que está en boca de todos. Muchas voces, entre las cuales me
encuentro, pensábamos que Isco se equivocaba al fichar por el equipo merengue,
pues muchas veces este se caracteriza por “matar” a jugadores que hasta
entonces eran buenos. A pesar de ello, durante las primeras jornadas de la
temporada donde Ancelotti utilizaba la táctica del 4-2-3-1, el malagueño fue titular en bastantes partidos y suplente en otros,
pero en todos tuvo una participación bastante activa que sirvió al equipo de la
capital para superar las dudas iniciales (4 goles en sus primeros ocho partidos
de la temporada jugando cuatro completos), jugando por detrás de Benzema y llevando la manija de un equipo huérfano en esa posición por la marcha de Ozil. Sin embargo, en las últimas jornadas, tras el cambio de sistema al 4-3-3, con 3 pivotes y la inclusión obligatoria en el once de Bale,
Isco ha sido condenado al ostracismo del banquillo, desde el cual ha salido en
algunas ocasiones y desde donde ha visto partidos completos en tres
oportunidades. Del principio prometedor de temporada, el mediapunta se
encuentra ahora en tierra de nadie, sin participación, sin protagonismo… es
difícil recordar al brillante jugador del Málaga ahora que el entrenador Carlo
Ancelotti no “le da bola”. En definitiva, aunque no es firme, sigo sin tener
claro el motivo por el que el Real Madrid fichó a Isco y sigo pensando que el
malacitano erró al decidir irse al equipo de la Castellana.
Con el fichaje de Isco, el Real Madrid tenía motivos
suficientes para justificar la sorprendente venta de Ozil en el último día del
mercado de fichajes al Arsenal inglés. Sin embargo, el principio de temporada
demuestra que ha sido un error grande vender al alemán (uno de los jugadores
con más clase, calidad e imaginación del equipo blanco y de Europa) para fichar al español
(Golden Boy la temporada pasada y jugador con un futuro prometedor hasta el
verano). El equipo merengue tiene mucha pegada en ataque (potencia, velocidad y
remate caracterizan a Cristiano Ronaldo), donde en un equipo con un 4-3-3 los 3 de arriba no bajan del medio campo y se dedican solamente a atacar, mientras el resto de jugadores defienden para ellos, pero de eso no puede vivir un
conjunto que aspira a lograr todos los títulos de la temporada, pues cuando se
enfrentan a equipos cerrados o superiores, los pupilos de Ancelotti carecen de
imaginación y son muy previsibles. Basta con dejarles la posesión del balón
para comprobar las limitaciones de los “blancos”, y con Isco en el banquillo
más si cabe, siendo necesario el sistema de 4-2-3-1. Mientras tanto, Ozil disfruta de su nueva etapa con los gunners.
Llegó a Londres con la vitola de estrella y por ahora ha dado muestras de ello,
ya que se ha convertido en pieza clave del enésimo proyecto de Wenger (http://estadisticas.sport.es/epl/players.asp?player=41543) y colmando portadas de los diarios deportivos de toda Europa.
Y a todas estas, a los oídos de los aficionados nos llega
que la gran cantidad de salidas que se han producido en el Real Madrid esta
temporada se explican por la llegada de Bale, el cual ha costado cien millones
de euros, pagado con los traspasos de Higuaín, Callejón y Ozil. No se sabe a ciencia cierta de donde saldrá el dinero del fichaje,
pero ni mucho menos el galés es un futbolista que cueste lo que se ha pagado
por él, pues considero que no se encuentra entre los cinco o diez mejores
jugadores del mundo, y estos se han traspasado por cantidades inferiores. Bale
llegó tarde y mal, pues estuvo en huelga de entrenamiento en el Tottenham hasta
su fichaje por los blancos. Desde entonces, podría considerarse que ha hecho su
particular pretemporada comenzando ya a coger el hilo a la competición. El
fichaje de Bale ha sido muy importante para el Real Madrid, pues de él y
Cristiano va a depender todo el juego de ataque de los merengues. Verticalidad,
velocidad, pegada… todas las características que poseen ambos jugadores. Del
estado de forma de los dos va a depender el ataque del conjunto de Ancelotti
durante esta temporada, pues Benzema, "el niño de Florentino", no está y no se le espera, y en Morata y Jesé no hay
mucha confianza, salvo para salir en los últimos minutos en los partidos
imposibles.
En resumen, el frescor juvenil que ganó el Real Madrid tras
la llegada de Isco se ha diluido, mientras que las consecuencias negativas de
la salida de Ozil se han agravado, ya que ahora mismo los merengues carecen de
un jugador capacitado para llevar las riendas del conjunto en ataque. No hay
creatividad sino pegada, y cuando esta falle (a todos los equipos les falla en
alguna fase de la temporada) nos acordaremos del alemán y del malacitano. El
tiempo dirá si la apuesta táctica de Carlo Ancelotti es la acertada o si la
magia de Isco debe volver a aparecer por el campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario